La Vegetariana de Han Kang | reseña
Cuando la elección más simple se convierte en un acto de resistencia.

Hay libros que no necesitan levantar la voz para sacudirte hasta los huesos. La Vegetariana es uno de ellos. Una historia breve, pero tan poderosa que duele. No por lo explícito —aunque lo hay— sino por lo silencioso, lo implícito, lo que se esconde en la mirada de los otros y en la voz que nunca llega a pronunciarse.
La novela, escrita por la autora surcoreana Han Kang, fue ganadora del Premio Man Booker International en 2016, uno de los galardones literarios más prestigiosos del mundo. Y no es difícil entender por qué. Su escritura es punzante, precisa, y logra convertir lo cotidiano en algo profundamente inquietante. Con apenas unas páginas, te mete en la piel de personajes fracturados, perdidos, y sobre todo, en la de Yeong-hye, una mujer que, tras un sueño perturbador, decide dejar de comer carne… y con ese simple acto, desatar un caos profundo en su vida y la de quienes la rodean.
Pero lo más potente de todo es que Yeong-hye no tiene voz propia en la narración. No conocemos su perspectiva de forma directa. Lo que sabemos de ella lo sabemos a través de otros: su esposo (en primera persona), su cuñado (en tercera) y su hermana (también en tercera). Tres personajes que, en diferentes niveles, proyectan sobre ella sus frustraciones, deseos o juicios. Y aún así, o quizá por eso, Yeong-hye grita en silencio durante toda la novela.
La Vegetariana no es una historia sobre vegetarianismo. Es una exploración inquietante sobre el cuerpo como espacio de resistencia. Sobre cómo la sociedad —y especialmente la familia— puede convertirse en una prisión cuando una mujer decide salirse del molde. Es una novela sobre la violencia invisible, esa que se esconde en los pequeños gestos, en las expectativas, en el “deber ser”.
Lo que más me impresionó fue la forma de escribir de Han Kang: directa, casi quirúrgica, sin adornos innecesarios. Tiene la capacidad de incomodarte con una sola frase. Y eso no es fácil. La autora ha desarrollado buena parte de su obra en torno a la identidad, el cuerpo, el trauma y el lenguaje. No escribe para entretener, sino para provocar, para abrir preguntas que no tienen respuesta inmediata. La Vegetariana es un excelente ejemplo de ello.
Conforme avanzaba en la historia, me sentí impotente frente a la forma en que Yeong-hye es juzgada por su decisión, me invadió la vergüenza ante la manera en que los hombres que la rodean —especialmente su esposo— la ven como un objeto o una carga, me desesperé al ver a su hermana dividida entre lo que dicta la sociedad y lo que siente en lo más íntimo de sí. Pero más que nada, sentí empatía profunda por Yeong-hye: una mujer que intenta recuperar la soberanía sobre su propio cuerpo, aunque el mundo insista en negársela.
Este no es un libro fácil. No es para todo el mundo. Pero sí es para quienes buscan una lectura que deje cicatriz, que incomode en el mejor sentido. Es para quienes creen que la literatura no siempre debe ser cómoda, sino necesaria.
La Vegetariana es una historia sobre cuerpos que se rebelan en silencio. Sobre una mujer que, al decir “no”, dice muchas otras cosas más profundas, más incómodas, más desgarradoras. Y aunque su voz no esté en la narración, su silencio grita en cada página.
Un libro breve, pero brutal. Un espejo que no muestra lo que queremos ver, sino lo que muchas veces ignoramos.
Y cuando lo cierras… ya no eres la misma persona que lo abrió.
~ 영숙 Young-Sook
Hay libros que no necesitan levantar la voz para sacudirte hasta los huesos. La Vegetariana es uno de ellos. Una historia breve, pero tan poderosa que duele. No por lo explícito —aunque lo hay— sino por lo silencioso, lo implícito, lo que se esconde en la mirada de los otros y en la voz que nunca llega a pronunciarse.
La novela, escrita por la autora surcoreana Han Kang, fue ganadora del Premio Man Booker International en 2016, uno de los galardones literarios más prestigiosos del mundo. Y no es difícil entender por qué. Su escritura es punzante, precisa, y logra convertir lo cotidiano en algo profundamente inquietante. Con apenas unas páginas, te mete en la piel de personajes fracturados, perdidos, y sobre todo, en la de Yeong-hye, una mujer que, tras un sueño perturbador, decide dejar de comer carne… y con ese simple acto, desatar un caos profundo en su vida y la de quienes la rodean.
Pero lo más potente de todo es que Yeong-hye no tiene voz propia en la narración. No conocemos su perspectiva de forma directa. Lo que sabemos de ella lo sabemos a través de otros: su esposo (en primera persona), su cuñado (en tercera) y su hermana (también en tercera). Tres personajes que, en diferentes niveles, proyectan sobre ella sus frustraciones, deseos o juicios. Y aún así, o quizá por eso, Yeong-hye grita en silencio durante toda la novela.
La Vegetariana no es una historia sobre vegetarianismo. Es una exploración inquietante sobre el cuerpo como espacio de resistencia. Sobre cómo la sociedad —y especialmente la familia— puede convertirse en una prisión cuando una mujer decide salirse del molde. Es una novela sobre la violencia invisible, esa que se esconde en los pequeños gestos, en las expectativas, en el “deber ser”.
Lo que más me impresionó fue la forma de escribir de Han Kang: directa, casi quirúrgica, sin adornos innecesarios. Tiene la capacidad de incomodarte con una sola frase. Y eso no es fácil. La autora ha desarrollado buena parte de su obra en torno a la identidad, el cuerpo, el trauma y el lenguaje. No escribe para entretener, sino para provocar, para abrir preguntas que no tienen respuesta inmediata. La Vegetariana es un excelente ejemplo de ello.
Conforme avanzaba en la historia, me sentí impotente frente a la forma en que Yeong-hye es juzgada por su decisión, me invadió la vergüenza ante la manera en que los hombres que la rodean —especialmente su esposo— la ven como un objeto o una carga, me desesperé al ver a su hermana dividida entre lo que dicta la sociedad y lo que siente en lo más íntimo de sí. Pero más que nada, sentí empatía profunda por Yeong-hye: una mujer que intenta recuperar la soberanía sobre su propio cuerpo, aunque el mundo insista en negársela.
Este no es un libro fácil. No es para todo el mundo. Pero sí es para quienes buscan una lectura que deje cicatriz, que incomode en el mejor sentido. Es para quienes creen que la literatura no siempre debe ser cómoda, sino necesaria.
La Vegetariana es una historia sobre cuerpos que se rebelan en silencio. Sobre una mujer que, al decir “no”, dice muchas otras cosas más profundas, más incómodas, más desgarradoras. Y aunque su voz no esté en la narración, su silencio grita en cada página.
Un libro breve, pero brutal. Un espejo que no muestra lo que queremos ver, sino lo que muchas veces ignoramos.
Y cuando lo cierras… ya no eres la misma persona que lo abrió.
~ 영숙 Young-Sook